LOS DESCENDIENTES DE LORCA SE COLOCAN AL LADO DE LOS DEFENSORES DE SUS VERDUGOS
Víctima de una homofobia que hoy en día perdura en las tardes de la Cope
El Partido Popular no es partidario de encontrar la fosa común donde descansan los restos mortales de García Lorca (asesinado por "maricón") por ser la prueba más evidente de que el régimen que ellos no condenan, el franquismo, tiene una lista de asesinatos políticos y morales sólamente equiparables a los cometidos por los nazis (los que les ayudaron, por cierto, a ganar la guerra contra los demócratas).
Resulta curioso, por otro lado, que la familia del Poeta se niegue también a esta búsqueda pero, tal como destapa el plural.com en su edición de hoy, son intereses económicos los que llevan a estas personas a convertirse en los traidores de la memoria de Lorca al colocarse al lado de los descendientes y defensores de sus asesinos (Fraga, Ministro de Franco, Presidente del PP).
No queremos olvidar tampoco al resto de personas que están enterradas al lado de Lorca que fueron víctimas también de la barbarie de derechas y que también merecen, por una cuestión de dignidad, descansar en un lugar elegido por sus familiares y no por sus verdugos.
Lorca y todos los demás asesinados por los que dieron un golpe de Estado contra la democracia son los héroes de un país que nunca les ha rendido el homenaje que merecían, por lo que es hora de empezar a decir la verdad y afirmar que las pocas víctimas de los republicanos fueron en defensa propia y, por lo tanto, merecidas, mientras que las miles y miles de víctimas de los franquistas son ASESINATOS que merecen que busquemos a los culpables.
Somos de izquierdas y, como siempre, actuamos.
Un saludo.
12 Comments:
Pero como puedes hablar asi de los familiares de un asesinado???? les estas llamando traidores, no tienes verguenza.
Mas reconocer la crisis que estamos viviendo y menos hablar de gilipolleces que no interesan a nadie. Estamos los españoles muriendonos de hambre y te da a ti por desenterrar muertos. Bueno, no a ti sino a tu amado ZP.
Ahora borrame este mensaje si tienes cojones.
By Anónimo, at 4:59 p. m.
HAS VUELTO!! ahora que tu querido zp esta en las ultimas jijijijiji pues nada, nada, a seguir mintiendo y manipulando a ver si algun tonto te cree
By Anónimo, at 8:36 p. m.
Me es grato ver que estas de nuevo en combate, he de decirte que me he llevado una alegria inmensa al entrar en el blog y verlo actualizado.
Bienvenido a tu casa y seguiremos compartiendo trinchera.
Un abrazo
By izquierda plural, at 9:17 p. m.
¡Camarada!
Ese es el verdadero sentimiento del luchador por las clases oprimidas. Celebramos el descaro revolucionario con que dices a los fascistas contrarrevolucionarios la verdad subyacente y la esencial alienación que sufren las víctimas del capitalismo.
Tienes nuestra más sincera felicitación.
¡Socialismo o muerte, valga la redundancia!
By Anónimo, at 11:56 p. m.
Vergonzoso es que las sobrinas de Lorca se nieguen a darle una sepultura humana a su tío y quieran dejarlo en una fosa común que ni siquiera se sabe con exactitud dónde está.
Los fascistas mataban a miles y no se preocupaban ni de identificar sus fosas.
¿Los que se oponen tendrán después la cara de leer sus poemas y emocionarse con los versos del poeta que yace como un perro en una fosa común?
¡Cuánta hipocresía!
By Anónimo, at 11:21 a. m.
Si, es muy probable que el ayuntamiento granadino del PP esté chantajeando a las hermanas García Lorca con quitarles la subvención de la Fundación Lorca si aceptan la exhumación del cadáver de su tío.
Ya se sabe, Don Dinero manda mucho.
By Anónimo, at 11:49 a. m.
Cuentan que los descendientes de Lorca, en realidad no lo son todos y entre ellos hay mal rollo hasta el extremo que algunos dicen de otros cosas terribles.
Como muy bien dice todo el mundo sabe que en la parte republicana hubo algunos atropellos inevitables pero en la parte de Franco ni te cuento.
Lo que me mosquea es que Zp no haga más incapié, ¿no habrá hecho un pacto con algunos de la familia de Lorca?.El ADN es tan seguro? Y si se confunden de persona?.
By Anónimo, at 8:36 p. m.
Ahhhhhhhhh cuanto tiempo nene! que ganas tenia de leerte de nuevo, porque verte te tengo más que visto :D mucha gente te ha echado de menos pero yo mas Muac!
By Anónimo, at 8:37 p. m.
CUIDADO CON LO QUE VOY A ESCRIBIR ,NO HAYA MALINTERPRETACIONES.ESTOY DE ACUERDO,DE QUE SE BUSQUE EN LAS FOSAS A LOS DESAPARECIDOS EN LA GUERRA CIVIL,PERO TAMBIÉN AHY QUE RESPETAR A LA FAMILIA LORCA SI NO QUIERE HACERLO,¿O NO?.POR CIERTO TAMBIÉN MURIERON LOS QUE LUCHARON EN EL BANDO NACIONAL,HERMANO TUS DOS ABUELOS FUERON DE ESTE BANDO.OS MANDO UNA BREVE HISTORIA AL RESPECTO.
Se conocen como matanzas de Paracuellos los episodios organizados de asesinato masivo de varios miles de prisioneros, considerados opuestos al bando republicano, ocurridos durante la Batalla de Madrid de la Guerra Civil Española, en los parajes del arroyo de San Jóse, en el municipio de Paracuellos de Jarama, y de Soto de Aldovea, en el término de Torrejón de Ardoz, próximos a la capital española.
Las matanzas tuvieron lugar aprovechando los traslados de presos de diversas cárceles madrileñas, una operación que se conocía popularmente como sacas, llevadas a cabo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, mientras se enfrentaban las tropas gubernamentales y franquistas[2] por el control de la ciudad.
Varios de estos traslados fueron desviados hacia los lugares del arroyo San José, en la vega del río Jarama, y a un caz o canal de irrigación fuera de uso, en la vega del río del Henares donde varios miles de prisioneros fueron asesinados. Entre ellos se encontraban militares que habían participado en la sublevación o que no se habían incorporado a la defensa de la República,[3] falangistas, religiosos, militantes de la derecha, burgueses y otras personas que en su inmensa mayoría habían sido detenidas por ser simplemente consideradas como partidarias de la sublevación, y custodiadas sin amparo legal ni acusación formal.
Tras ser extraídos de las prisiones con listas elaboradas y notificaciones de traslado o libertad con membrete de la Dirección General de Seguridad y, en ocasiones, firmadas por Segundo Serrano Poncela, el delegado de Orden Público de la Consejería de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid, encabezada por Santiago Carrillo, y posteriormente fusilados de manera sumaria por milicias pertenecientes a las organizaciones obreras. Antes del 7 de noviembre ya habían tenido lugar algunas sacas, especialmente durante el mes de octubre, fruto del cambio de manos del control de las prisiones, que pasó de las de los funcionarios de prisiones a las de las milicias a raíz del asalto a la Cárcel Modelo que tuvo lugar el 22 de agosto de 1936, si bien el número de asesinados fue muchísimo menor y carecieron del carácter sistemático y organizado que tuvieron las de noviembre y diciembre.[4]
No todas las sacas de presos que tuvieron lugar en las fechas citadas (en total 33 extracciones) terminaron en asesinatos. Sí lo hicieron las de los días 7, 8, 9, 18, 24, 25, 26, 27, 28, 29 y 30 de noviembre y 1 y 3 de diciembre (23). Entre el 10 y el 17 de noviembre no hubo extracciones (ni para que los presos fueran asesinados ni para efectivamente trasladarles a otros lugares), y desde el 4 de diciembre, cesaron.[5] Las fechas se conocen gracias a la documentación de la Dirección General de Seguridad y los testimonios recabados por la Causa General.
La magnitud de los asesinatos fue muy grande, ascendiendo a varios miles de asesinados, entre 2.000 y 5.000 (si bien existen grandes discrepancias acerca del número exacto) y son consideradas las de mayor dimensión que tuvieron lugar en la retaguardia de la zona republicana. El número de víctimas sigue siendo objeto de controversia.
También son objeto de enconadas discusiones aspectos como quién dio la orden de ejecutar a los evacuados de las cárceles, por qué unas sacas terminaron en asesinatos masivos en tanto que en otras los prisioneros llegaban sanos y salvos a su destino (incluyendo a personajes de renombre, como el líder falangista Raimundo Fernández-Cuesta) y en definitiva, las responsabilidades, directas e indirectas, de los fusilamientos.
Las fuentes [editar]Las matanzas de Paracuellos siguen siendo objeto de agria polémica, con gran énfasis en la responsabilidad de Santiago Carrillo. El libro de referencia sobre las matanzas de Paracuellos ha sido durante mucho tiempo Paracuellos: cómo fue, del hispanista irlandés Ian Gibson, publicado en 1983 y reimpreso en 2005 sin ninguna modificación, salvo un nuevo prólogo. Su libro fue el primero que abordó de forma sistemática y sin tesis preconcebidas dicho asunto (así, por ejemplo, en 1994, Ricardo de la Cierva calificó el libro de Gibson como «excelente»[6] y al propio Gibson como un "historiador de izquierdas [Gibson se define como “socialista” en el prólogo de su libro] ganado por la Historia por encima de sus inclinaciones políticas"[7] ). Ese mismo año, el periodista e historiador gallego Carlos Fernández publicó Paracuellos del Jarama: ¿Carrillo culpable?, con mucha menos repercusión (si bien La Cierva indica que su mérito principal consiste en "el análisis, generalmente acertado, de las fuentes que se refieren a las ejecuciones de noviembre y diciembre en Madrid
By Anónimo, at 2:04 a. m.
Si Lorca estuviese vivo se cagaría en ti, en tu puta madre y en el puto ZP.
By Anónimo, at 1:13 p. m.
En «Público», el periódico de los troskistas con «Jaguar» descapotable, escribe la señorita García. No tengo el gusto y me presento inmediatamente: Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Encantado. Cumplido el trámite, me apresuro a decirle a la señorita García que sus deseos de venganza no son dignos de elogio. La señorita García está feliz con las cosas de Garzón y le apetece vengarse de alguien, aunque no lo tenga definido. «Sin ser habitualmente partidaria de la venganza -escribe-, debo reconocer que deseo que siga vivo alguno de los dirigentes de la Falange que busca el juez Garzón». Aunque la señorita García no sea «habitualmente partidaria» de la venganza, demuestra ser bastante partidaria, si bien no «habitualmente», lo que magnifica su sensibilidad. Desea que siga vivo «alguno», no le importa quién, para satisfacer sus deseos de venganza por medio de la espada justiciera de un juez que está jugando con la prevaricación, y lo que es peor, con los muertos. La familia de Federico García Lorca ya le ha advertido que podría querellarse con don Baltasar por «profanación» si se empeña en exhumar sus restos. Y la señorita García coincidirá conmigo en que la familia del gran poeta granadino vilmente asesinado no es franquista, sino todo lo contrario. «Sé que este sentimiento no me honra -insiste la señorita García-, pero no vean cómo me animan». Además de la redacción, hay que mejorar los sentimientos y los ánimos.
Lo que anima a la señorita García es una venganza a ciegas. Quiere un falangista, un Gobernador Civil durante el franquismo o un simple soldado de la Guardia Mora para que Garzón lo empapele y ella se sienta a gusto. Hay gente mejor y más ejemplar en sus olvidos que la señorita García. Hay miles de personas, que están vivas, que no se han vengado del responsable principal del asesinato de sus familiares, que por casualidad, está vivo también. Me refiero a los asesinados, también vilmente, en Paracuellos del Jarama, por poner un ejemplo cercano a la redacción del periódico en el que escribe la señorita García. Allí fueron asesinados ocho mil personas, ocho mil inocentes, entre ellos niños de 12 y 13 años fusilados por ser culpables de un tremendo delito. Ser hijos de militares. Entre aquellos ocho mil inocentes, de los cuales César Vidal aporta más de cinco mil nombres en su libro sobre Paracuellos, estaba también un señor de 57 años, que no hizo jamás mal a nadie, padre de diez hijos y también escritor, como García Lorca. Antes de fusilarlo lo torturaron, quizá por escribir «La Venganza de Don Mendo», una comedia en verso que todavía triunfa en los escenarios. De esos diez hijos, la segunda de mayor a menor, era mi madre. Y le voy a contar la terrible venganza de mi madre contra el demostrado responsable del asesinato de su padre, Pedro Muñoz-Seca. «Si alguno de vosotros os encontráis con Santiago Carrillo, no lo saludéis». Eso nos dijo a sus hijos, que también éramos diez. Y nos hemos vengado casi todos, entre otras razones porque nada hay más fácil que no saludar a una persona cuando no se quiere. Pero lo nuestro es particular. Lo que tiene que saber la señorita García, es que durante treinta años, y viviendo el máximo responsable de la matanza en España, ningún familiar de los asesinados ha intentado vengar a sus muertos. Y ahí sigue Carrillo, vivo y homenajeado. Al menos, en este caso, la señorita García, habría de reconocer que no ha estado afortunada.
By Anónimo, at 12:20 a. m.
Lo mosmo es que resulta que no está o algo ...
By Anónimo, at 4:49 p. m.
Publicar un comentario
<< Home