RAJOY HUNDE ANTENA 3 NOTICIAS
"Hola chicaaaas"
No me reía tanto desde la cara de Urdaci diciendo "el PSOE ha ganado las elecciones generales".
Todos los días el informativo de Antena 3 tv de las 21.00 h. es lider de audiencia pero ayer cayó misteriosamente en picado a nada menos que 5 puntos por debajo que el TELEDIARIO de TVE.
El motivo de este estrepitoso fracaso fue la entrevista que la cadena realizó al objeto de deseo de la comunidad osa de Chueca, es decir, el líder anticarismático de la oposición española, Mariano Rajoy, el hombre antaño supuestamente centrado que se ha dejado convencer por la extrema derecha con la única intención de parecer más "machote" cuando el único resultado que ha conseguido es que veamos a algo parecido a un Paco Clavel encabronado porque un mes más no le ha bajado la regla.
Es curioso que una televisión claramente escorada al partido del Si a la Guerra espante a su audiencia entrevistando al lider de su partido guía por lo que suponemos que la gente está cansada de esas preguntas orientadas a conseguir respuestas que hagan quedar bien al personaje.
Tenemos la suerte de que la audiencia, excepto la de la Cope, no es tonta.
El hundimiento de Rajoy es ya una realidad, sólo esperemos que sea Acebes su sucesor natural para tener gobiernos progresistas durante décadas.
Un abrazo.
26 Comments:
Jajajajjajajajajajajajaaj
By Peperufo, at 12:16 p. m.
LADRAS LUEGO CABALGAMOS.
EL sr. RODRIGUEZ SIGUE MUY PERDIDO
HABER SI LO ENCUENTRAS
By Anónimo, at 12:54 p. m.
"A ver" si va a estar detrás de tus faltas de ortografía, so burro. Viva esta oposición muchos años.
By Anónimo, at 1:35 p. m.
Si Fedegüico es profesor de lengua, menudos alumnos que tiene.
By Anónimo, at 1:37 p. m.
Has tenido mucha gracia en el artículo, se lo he mandado a mis amigos y ha tenido mucho éxito. Yo prefiero esta linea divertida que te sale tan bien que la otra agresiva que a veces utilizas, pero es una opinión que espero que aceptes. Felicidades por el blog.
By Anónimo, at 1:51 p. m.
Muy buen articulo KickG!
By Anónimo, at 3:07 p. m.
Soy un heredero de la LOGSE en Catalunya.
Mis disculpas, quizá no me merezco estar en este cultural blog.
pero tu amigo Rodríguez sigue muy perdido.
do you find (him)it? please.
By Anónimo, at 3:31 p. m.
Lástima que antena 3 entre en quiebra por haberle hecho una entrevista a rajoy. Ahora tendran que hacer regulación de plantilla y todas esas cosas.
De todas formas no hay problema por los despedidos, zp, les "recolocará" rapidamente a todos..... por algo la economia va como una motoooooo !!!!, y las relaciones internacionales, también !!!!!!...... y la inflacción, también !!!!!!!..... brrrrrrrnnnnnnnnnn !!!!!!!!!!!!!!
By Anónimo, at 4:41 p. m.
A la gente ya le cansa ver siempre a un señor con barba quejandose sin parar por todo, la gente se ha dado cuenta de que son unos exagerados... la gente tiene su vida y la quiere disfrutar, muy pocos peperos de a pie estarán dispuestos a estar cuatro años con caras y actitudes de amargados.
By Anónimo, at 6:04 p. m.
¡¡Y yo quiero unas zapatillas de ésas que la ministra tan cazurra que tenemos regala para que nos pateemos la ciudad buscando (¿finding?) casa (¿keli?)!!
¡Qué brillante idea! ¡Será un éxito total!
¡Qué manera de arreglar problemas y de ahorrar pasta en campañas basuraaaa!
¡Viva esta ministra de ideas excelsas!
Este gobierno sí que es de calidad...MADRE MÍA CÓMO ESTÁ EL PATIO
By Anónimo, at 8:11 p. m.
Enhorawena rojísimmos por este BLOG DE LA PSEUDOINFORMACIÓN. Se nota que estáis ciegos. No es que defienda al PP, pero es que ustedes increiblemente votan sin saber. Me entristece saber k un amplísimo sector d la sociedad spañola es analfabeto, xke eso es loke kieren los "suyos". Menos mal que ntre los universitarios, "desciende" l voto a los manipuladores. Weno, ustedes k hagan lo k kieren, pero m sorprender xke yo pensaba k l hombre era un animal más inteligente, y veo k no. K se cree TODO!jeje...xcierto, hay k ver la d trolas k mete EL PAÍS y LA SER....Será x POLANCO?
By Anónimo, at 2:15 a. m.
Lamentablemente no me extraña como está España. Si escribir como lo has hecho es propio de universitarios.....apaga y vámonos.
A ver explícanos en qué consiste la ceguera de la que hablas.
Y por favor, intenta no utilizar el Morse ni el Suajili para responder.
By Progre, at 4:09 a. m.
Hace menos de un mes Rajoy fued visto en el Black & White de Chueca ...
By Anónimo, at 9:28 a. m.
Nos cuentan viejas leyendas que había una vez un du¬que llamado Teseo, dueño y señor de Atenas. No existía por entonces conquistador más poderoso bajo el sol. Había conquistado muchos reinos de inigualable riqueza y, por su caudillaje y valor caballeresco, incluso el país de las Amazonas, que por aquel entonces se llamaba Escitia59, y se había casado con Hipólita, su reina. Se la llevó a vivir con él a su propio país, con la mayor pompa y esplen¬dor, junto con Emilia, la hermana menor de aquélla. Y aquí dejo a este noble duque y a sus huestes armadas cabalgando victoriosamente y al son de la música hacia Atenas.
Si no resultara demasiado largo de narrar, describiría por¬menorizadamente cómo fue vencido por Teseo y sus caballe¬ros el país de las Amazonas y, muy especialmente, la encona¬da batalla que sostuvieron los atenienses con ellas; cómo Hi¬pólita, la feroz y hermosa reina de Escitia, fue asediada; la fiesta que se celebró cuando su boda y la gran tormenta60 que les sobrevino en la travesía hacia su patria. Pero, de mo¬mento, debo omitir estos detalles, pues Dios sabe muy bien que tengo un gran campo que arar y que dispongo de débi¬les bueyes para tal menester. El resto de mi relato es bastante largo, y no quiero robar el tiempo a los demás. Que cada uno relate su cuento cuando le corresponda, y veremos quién gana el banquete. Voy, pues, a reanudar mi narración donde la dejé.
El duque del que iba hablando estaba ya en las inmedia¬ciones de la ciudad cuando, en medio de su alegría y triunfo, observó por el rabillo del ojo a un grupo de mujeres vestidas de negro, arrodilladas de dos en dos, en hilera, a lo largo del camino. Sus lloros y lamentos eran tales que jamás criatura viviente alguna había oído algo semejante; no cesaron en sus gemidos hasta que consiguieron agarrar la brida y la rienda de su caballo.
-¿Quiénes sois que así turbáis mi regreso al hogar y la ale¬gría general con vuestras lamentaciones? preguntó Te¬seo. ¿Por qué os quejáis y lamentáis así? ¿Acaso os moles¬ta que reciba estos honores? ¿0 es que alguien os ha insulta¬do u ofendido? Decidme qué es lo que debo enderezar y por qué razón vais así vestidas de negro.
Casi a punto de desmayo, con un semblante pálido como la muerte que partía el corazón, la dama de más edad empe¬zó a hablar:
-Mi señor, a quien la diosa Fortuna61 ha concedido la victoria y todos los honores dignos de un conquistador, no nos molestan ni vuestros laureles ni vuestro triunfo, sino que os pedimos ayuda y gracia. ¡Tened piedad de nuestra pena y de nuestro infortunio! Que de la nobleza de vuestro corazón caiga al menos una gota de piedad sobre nosotras, pobres mujeres, pues, mi señor, no hay ninguna de nosotras que, en el pasado, no haya sido duquesa o reina. Pero ahora, como podéis ver, somos las más infelices de las mujeres, gracias a la rueda traicionera de la diosa Fortuna que hace que los asun¬tos no nos sean propicios. Creednos, mi señor: hemos esta¬do aguardando vuestra llegada en el templo de la diosa de la Piedad durante dos semanas enteras. Ahora, señor, ¡ayudad¬nos, ya que podéis hacerlo!
»Yo, que lloro aquí mi desgracia, fui en el pasado la espo¬sa del rey Capaneo62, el que sucumbió en Tebas. ¡Maldito sea aquel infausto día! Todas las que aquí sollozamos, vestidas de negro, perdimos a nuestros esposos durante el asedio de la ciudad. ¡Ay de nosotras! En este preciso momento, el an¬ciano Creón, ahora señor de Tebas, lleno de cólera e iniqui¬dad está deshonrando sus cadáveres: con desprecio tiránico ha hecho amontonar los cuerpos degollados de nuestros es¬posos y no quiere ni oír hablar de quemarlos o de darles se¬pultura, sino que, lleno de desprecio, los arroja a los perros para que los devoren.
Al decir esto cayeron de bruces, gritando lastimosamente: -Tened compasión de nosotras, infortunadas mujeres, y dejad que nuestro dolor penetre en vuestro corazón. Cuando el duque les oyó hablar, de un salto se apeó del caballo, con el corazón lleno de compasión al ver la desgra¬cia y abandono de aquellas mujeres que habían tenido tan alto rango. Sintió tan intensa piedad, que parecía que el co¬razón le iba a estallar. Levantó con sus brazos a cada una de ellas y trató de infundirles ánimo, jurando por su condición de caballero que utilizaría todo su poder en vengarlas del ti¬rano, hasta que toda Grecia conociera la forma en que Teseo iba a dar a Creón63 la muerte a que se había hecho acreedor. Entonces, desplegó de inmediato su estandarte para congre¬gar a sus hombres y se dirigió contra Tebas con todo su ejér¬cito. Ni siquiera media jornada se acercó a Atenas para des¬cansar, sino que aquella noche pernoctó en el camino que conducía a Tebas. Envió a la reina Hipólita y a su joven y en¬cantadora hermana Emilia a la ciudad de Atenas para que permanecieran allí mientras él seguía cabalgando. ¿Qué más puedo decir?
La roja imagen de Marte con su lanza y escudo resaltaba su gran estandarte blanco hasta que su reflejo brilló en todos los puntos de los campos que atravesó, junto al estandarte llevaba un pendón de oro, bordado con la figura del Mino¬tauro, que había conquistado en Creta. De esta guisa el du¬que conquistador cabalgó con sus huestes -la flor de la ca¬ballería- hasta llegar a Tebas, donde se desplegaron en per¬fecto orden de batalla.
Para abreviar el relato: luchó con Creón, el rey de Tebas, y le mató en noble combate, como corresponde a un valiente caballero. Entonces, tras derrotar a los hombres de Creón, asaltó la ciudad, derribando murallas, vigas y puntales. Lue¬go, Teseo restituyó a las mujeres los cadáveres de sus esposos para que recibieran sepultura siguiendo los ritos funerarios de costumbre. Tardaría demasiado en describir el griterío de las mujeres como expresión de su dolor cuando fueron inci¬nerados los restos de sus esposos o en relatar la solemne ce¬remonia con que el noble conquistador de Teseo las obse¬quió en su despedida, pues quiero que mi cuento sea lo más breve posible.
Tras haber matado a Creón, tomado Tebas y dispuesto de todo el reino a su antojo, el noble duque Teseo pemoctó en el campamento al aire libre. A continuación dispuso del país a su gusto; los saqueadores se dedicaron al pillaje de los ca¬dáveres, despojándolos de armas y ropajes. Sucedió que en¬tre los cuerpos amontonados encontraron a dos jóvenes caballeros, que yacían uno al lado del otro y que iban vestidos con el mismo escudo de armas. Sus armaduras, ricamente elaboradas, estaban perforadas por varios golpes mortales. Uno de los caballeros se llamaba Arcite; el otro, Palamón. Aunque estaban medio vivos o medio muertos, como que¬ráis, los heraldos los reconocieron, sobre todo por su equipo y sus escudos de armas, como primos y miembros, a su vez, de la real casa de Tebas. Los saqueadores los apartaron del montón de cadáveres y los transportaron con todo cuidado a la tienda de Teseo, quien, rechazando cualquier clase de res¬cate, los envió inmediatamente a Atenas condenados a cade¬na perpetua. Después de dictar estas disposiciones, el noble duque y su ejército se dirigieron directamente a casa, corona¬dos con los laureles conquistados allí, y, no hace falta decir¬lo, vivió honrado y alegre el resto de sus días.
Mientras, Pala¬món y su amigo Arcite permanecían encerrados para siempre en un torreón, sufriendo pena y oprobio. Con ninguna can¬tidad de oro podría comprarse su libertad.
Así transcurrían los días y los años. Una mañana del mes de mayo ocurrió que Emilia -más hermosa que un lirio en su tallo verde y más lozana que el mes de mayo en su flori¬do esplendor, pues su tez competía ventajosamente con las rosas- se había levantado y vestido antes de romper el alba como solía hacer a menudo.
Las noches de mayo no son propicias para el sueño. En esta época del año los corazones nobles se agitan y salen a su conjuro de su sopor:
-¡Levántate y rinde homenaje a la primavera!
Esto hizo recordar a Emilia que debía rendirse a los encantos del mes de mayo y se levantó de la cama. Imagináosla vestida con ropajes nuevos, con su cabello de un dorado rubio cayén¬dole por la espalda en forma de trenza de casi una yarda de lon¬gitud, vagando sin rumbo por el jardín al amanecer para reco¬ger flores blancas y rojas y tejer con ellas una guirnalda para su cabeza y cantando con voz celestial como la de un ángel.
Un torreón enorme, de gruesos y recios muros, en el que estaban encarcelados los dos caballeros protagonistas de mi relato, constituía la mazmorra más importante del castillo y tenía una pared común con el muro que rodeaba el jardín en el que Emilia se estaba solazando. El sol brillaba aquella ma¬ñana con todo su esplendor y el pobre cautivo Palamón se había levantado como de costumbre. Por condescendencia de su carcelero paseaba por una habitación elevada desde la que podía contemplarse la bella perspectiva de la ciudad y también el verdoso jardín por el que Emilia, tan radiante y lozana, se estaba paseando. Mientras, el cautivo Palamón andaba tristemente de un extremo a otro del aposento, com¬padeciéndose de sí mismo y lamentándose en voz alta con cierta frecuencia: «¡Ay de mí! ¿Por qué habré nacido?» Fuera por casualidad o porque el destino lo había dispuesto así, su mirada se posó en Emilia, a través de una ventana fuertemen¬te protegida con barrotes de hierro, cuadrados y macizos como si fueran estacas de madera. Al verla retrocedió dando un grito que le brotó de lo más profundo de su corazón. Al percibir el ruido, Arcite se puso en pie y preguntó:
-¿Qué te pasa, primo? ¿Por qué tienes esta mortal pali¬dez? ¿Por qué has gritado? ¿Qué te ha alterado de esta for¬ma? ¡Por el amor de Dios!, resígnate con nuestro encierro. No tienes otra alternativa. Estas penalidades son el designio de la diosa Fortuna; alguna disposición maligna de Saturno64 y de las constelaciones lo permite, a pesar de todo lo que po¬damos hacer. Estaba ya escrito en las estrellas cuando naci¬mos; por duro que sea, debemos aceptar nuestro destino. Palamón replicó:
-Verdaderamente, primo, estás muy equivocado. No fue esta cárcel la que me ha hecho gritar, sino porque mi ojo ha sido herido por una saeta que me ha llegado al corazón y me temo que resulte mortal. La belleza de la dama que he visto vagar por el jardín ha sido la única causa de mi grito y mi do¬lor. No puedo asegurar si se trata de una diosa o de una mu¬jer, pero creo que se trata de la propia Venus.
Entonces cayó de rodillas y dijo:
Venus, si es tu voluntad manifestarte en este jardín a una criatura tan apenada y desgraciada como yo, ayúdanos a es¬capar de esta cárcel; sin embargo, si mi destino está irrevoca¬blemente escrito y debo morir en cautividad, ten piedad de esta noble sangre humillada por la tiranía.
Pero mientras Palamón estaba hablando, los ojos de Arci¬te divisaron también a la dama que paseaba por el jardín. Quedó tan conmovido ante su belleza, que si Palamón había resultado herido, Arcite lo fue también en el mismo o mayor grado. Con tristeza dijo: -La lozana belleza de esa muchacha que pasea por ahí me ha asestado un golpe tan repentino como mortal; si no llego a obtener su piedad y su favor para que, al menos, pue¬da verla, seré hombre muerto. Es todo lo que puedo decir.
Cuando Palamón oyó estas palabras, replicó secamente: -¿Dices esto en broma o en serio?
-En serio y de buena fe -repuso Arcite-. Dios es testi¬go de que no estoy de humor para chanzas.
Palamón frunció el ceño y contestó:
-No te honraría mucho serme desleal o traicionarme, si consideras que no solamente soy tu primo, sino tu hermano por juramento. Estamos unidos mutuamente por las más solemnes promesas hasta que la muerte nos separe. Ni tan sólo la muerte por tortura debe permitir que uno de nosotros es¬torbe al otro en cuestiones de amor o de cualquier otra naturaleza. Al revés. Tú, mi querido hermano, debes acudir en mi ayuda fielmente, de la misma forma en que yo debo acudir en la tuya. Esta fue la promesa que nos juramos, y sé perfec¬tamente que no te atreverás a negarlo. Por esta razón yo con¬fié completamente en ti; pero ahora tú estás tratando traicio¬neramente de amar a la dama que deberé querer y servir siempre hasta que mi corazón deje de latir. No, tú no lo ha¬rás, falaz Arcite, ¡te aseguro que no lo harás! Yo fui el prime¬ro en amarla; te comuniqué lo que me pasaba porque, como te dije, tú eres el confidente de mis secretos. Mi hermano por juramento dio su palabra de acudir a ayudarme y, por tanto, está obligado, en su calidad de caballero, a prestarme toda la ayuda que requiera. En otro caso te llamaré perjuro.
Arcite le reconvino desdeñosamente:
-Tú eres, más que yo, el que mayor probabilidad tiene de cometer perjurio. Tú si que has faltado a tu promesa, te lo digo francamente. Yo la amé con verdadera pasión antes que tú. ¿Qué dices a eso? Hasta ahora no sabías aún si era mujer o diosa. Tu amor es un efecto espiritual, mientras que el mío es el amor de un ser humano; por eso te he contado lo que me ha sucedido, como primo mío y hermano por ju¬ramento.
»Demos por supuesto, dentro de esta discusión, que tú la amas en primer lugar. ¿No has oído jamás el viejo adagio que dice: "¿Quién puede imponer la ley a un amante?”65. Por mi alma te aseguro que el amor es una ley más poderosa que cualquier otra decretada por hombres mortales. Por consi¬guiente, todas las leyes hechas por los hombres y mandatos parecidos son quebrantados cada día por motivos de amor por todo tipo de gente. Un hombre ama contra toda razón.
Aunque tuviera que costarle la vida no tiene escapatoria, tan¬to si ella es doncella, viuda o esposa. De todas formas, es muy dificil que uno de los dos conquistemos sus favores, puesto que, como muy bien sabes, estamos condenados a prisión perpetua y no existe rescate que pueda redimimos.
»Estamos peleando como aquellos dos perros que lucha¬ron todo el día por un hueso y no lo consiguieron; mientras ellos reñían, llegó un gavilán y se lo llevó delante de sus pro¬pias narices. Por ello, hermano mío, como en la alta política, que cada uno luche por sí mismo. Esto es todo lo que se pue¬de hacer. Ámala si quieres, pero yo la amo y siempre la ama¬ré. Querido hermano, cada uno de nosotros debe soportar estas cadenas y aceptar su suerte. Eso es todo.
Si tuviera tiempo describiría con todo detalle su larga y en¬conada pelea, pero para abreviar os diré que, al final, un no¬ble duque llamado Peroteo, que había sido amigo del duque Teseo desde que eran niños, llegó un día a Atenas. Solía ha¬cer esto para tomarse unas vacaciones y visitar a su antiguo compañero de juegos. No había nadie a quien quisiera más en este mundo, y Teseo, en justa correspondencia, lo aprecia¬ba con la misma intensidad y ternura. Tan grande era el apre¬cio mutuo que se tenían, que los ancianos escribas refieren que cuando uno de ellos murió, su amigo fue y le bajó a bus¬car a los infiernos. Pero ésa es otra historia.
El duque Peroteo sentía un gran aprecio por Arcite, pues durante muchos años le había tratado en Tebas. Después de mucho insistir, a instancias de Peroteo, el duque Teseo dejó salir a Arcite de la cárcel sin pagar rescate alguno y con liber¬tad de ir a donde quisiera bajo la siguiente condición.
En términos sencillos, el convenio entre Teseo y Árcite fue éste: si Arcite era cogido vivo a cualquier hora del día o de la noche en los dominios de Teseo, sería decapitado; no tenía otra alternativa que despedirse y, sin dilación, volver a su patria. Era conveniente que no olvidase: el precio era su cabeza.
¡Qué angustia sufrió entonces Arcite! Sintió a la muerte penetrar en su corazón; lloró y se lamentó y lanzó quejidos lastimeros, esperando secretamente una oportunidad para suicidarse.
-¡Ay del día en que nací! -gritaba-, pues ahora mi cár¬cel es más dura que antes. Estoy eternamente condenado a vivir, y no en el purgatorio, sino en el infierno. ¡Ay de mí! ¿Por qué conocí a Peroteo? De lo contrario habría permane¬cido con Teseo, encadenado en su cárcel para siempre. En¬tonces hubiera vivido en la felicidad en vez de la desespera¬ción. El simple hecho de ver a la mujer que adoro habría sido más que suficiente para mí, aunque nunca conquistase su ca¬riño. Querido primo Palamón -prosiguió-, en este caso saliste ganando. ¡Con qué felicidad sigues en la cárcel! ¿Qué digo? ¿Cárcel? ¡Paraíso!
»La diosa Fortuna ha cargado los dados en tu favor: tú dis¬frutas de la presencia de Emilia, yo sufro su ausencia. Y es posible (pues tú estás cerca de ella y eres un caballero valien¬te lleno de recursos) que tú, por casualidad -pues la Fortu¬na es veleidosa-, más tarde o temprano alcances lo que de¬seas. En cuanto a mí, exiliado y desprovisto de toda esperanza, me hallo en tal estado de desesperación, que ni la tierra, ni el fuego, ni el agua, ni el aire, ni criatura alguna hecha de estos elementos puede proporcionarme consuelo o remedio. Bien puedo perecer de desesperación y tristeza. ¡Adiós vida, alegría y felicidad!
»¡Ay! ¿Por qué la gente, en general, se queja de lo que dis¬ponen Dios o la Fortuna, quienes con frecuencia y de tan di¬verso modo arreglan los acontecimientos mejor de lo que ellos mismos podrían imaginar? Uno tiene riquezas, que pue¬den causar su muerte o pérdida de la salud; otro es liberado de la cárcel, sólo para perecer bajo el cuchillo de sus criados al llegar a casa. Infinitas calamidades provienen de esta for¬ma de proceder: no sabemos qué es lo que pedimos en ora¬ción a los dioses aquí abajo. Nos comportamos como un hombre borracho como una cuba: sabe perfectamente que tiene un hogar al que dirigirse, pero desconoce dónde se ha¬lla. Y el hombre bebido camina por senda resbaladiza. Así es como nosotros andamos por el mundo, en busca desespera¬da de la felicidad, pero, generalmente, donde no se encuen¬tra. Esto es cierto para todos nosotros, pero muy particular¬mente para mí. Yo que tenía la idea de que si lograba escapar de la prisión mi felicidad y bienestar estarían asegurados, ahora me encuentro en el exilio y sin reposo para mi espíri¬tu. Si no puedo verte, Emilia, no soy mejor que un cadáver viviente; no hay solución.
Cuando Palamón comprobó que Arcite se había marcha¬do, dio tales gritos que la gran torre vibró con sus voces des¬compasadas. Los grilletes que cercaban sus hinchados tobi¬llos quedaron humedecidos por sus saladas y amargas lá¬grimas.
-¡Oh primo Arcite! -exclamó-, Dios sabe que has sali¬do el mejor librado en nuestra pelea. Ahora puedes andar a tus anchas por Tebas sin pensar en mi desgracia. Siendo un hombre astuto y decidido, tienes ocasión de reunir nuestras gentes y declarar contra Atenas una guerra tan feroz, que me¬diante un ataque osado o algún tratado consigas a Emilia por dama y esposa -por quien yo debo perecer aquí. Compa¬rando nuestras posibilidades, tu situación es muy superior a la mía, pues aquí estoy muriendo enjaulado. Tú eres un prín¬cipe que ya no está en prisión, sino en libertad. Pero yo ten¬go que llorar y lamentar toda mi vida la desgracia que acarrea el estar encarcelado, más las punzadas de dolor que provoca en mí el amor, lo que duplica mi tormento y mi pena.
Entonces se encendió en su pecho la llama de los celos y agarró su corazón con tal fuerza, que el color de su piel adop¬tó el del boj o el de las cenizas de un fuego apagado, y gritó:
-¡Oh, vosotros, dioses crueles que gobernáis el mundo, sometiéndolo con vuestras leyes implacables y escribiendo vuestras decisiones y decretos eternos en tablas diamantinas!, ¿cómo puede preocuparos más la humanidad que las ovejas de un redil? Pues el hombre muere igual que cualquier otro animal y, a menudo, sufre arrestos y cárcel o padece pestes y adversidades sin culpa alguna. ¿Qué designio figura en vues¬tra presciencia al atormentar al inocente y al que carece de toda culpa? Y lo que acrecienta toda esta penitencia es que el hombre se ve obligado a caminar según las leyes de Dios y debe reprimir sus deseos, mientras que una bestia es libre de hacer lo que le parece; una vez muerto, no se siente dolor; sin embargo, después de la muerte el hombre debe llorar y sufrir aunque haya padecido mucho en este mundo. No hay duda de que, como están las cosas, se debe dejar a los teólogos que proporcionen la respuesta; pero de una cosa estoy se¬guro: que aquí en la tierra hay muchos padecimientos. »¡Ay!, veo a una víbora, a un ladrón que ha hecho daño a muchos hombres buenos, quedar libre para ir a donde le plazca, mientras yo tengo que languidecer en prisión porque Saturno y Juno en su furor celoso han destruido por comple¬to la mejor sangre de Tebas, cuyas espesas murallas yacen ahora derruidas, y por otro lado Venus me mata de celos y te¬mor por causa de Arcite.
Ahora voy a dar descanso a Palamón y lo dejaré en prisión, mientras me extiendo en mi relato sobre Arcite.
Pasa el verano y sus largas noches doblan los violentos tor¬mentos del amante Arcite y del prisionero Palamón. No sé cuál de los dos es el que debe soportar más dolor. Para abre¬viar, Palamón está condenado a prisión perpetua, cargado de cadenas y grilletes hasta que muera. Arcite, en cambio, exilia¬do bajo pena de muerte, no podrá ver jamás a su dama en los dominios de Teseo.
Ahora, vosotros que amáis, dejadme que os formule una pregunta: ¿quién sufre más por ello, Arcite o Palamón? ¿El que ve a su dama diariamente, pero está encerrado para siem¬pre, o el que es libre de ir donde le plazca, pero no verá nun¬ca más a su dama? Aquellos de vosotros que podáis, elegid entre las dos situaciones a voluntad; yo, por mi parte, conti¬nuaré como he empezado.
By Anónimo, at 10:18 a. m.
¿Pero para que tanto rollo con España?,¿que es ese pais?. ¿No teneis motivos mas inmediatos para soliviantaros, que los ladridos de Zapatero o Rajoy?.
Os recomiendo opositar. Se vive de puta madre, independientemente de quien este en el gobierno.
By Anónimo, at 10:59 a. m.
La foto de Mariana es buenísima...jaja
By Gavilan, at 12:11 p. m.
Menos mal que tenemos al superministro Montilla, el gran chupón del tarro, amigo de La Caixa, de la corruptela y el favoritismo. Su última perla ha sido modificar un decreto real aprobado desde consejo de ministros de forma absolutamente ilegal y descarada. Véase lo que se ha publicado en el BOE. Europa se vuelve a descojonar de este Gobierno de Pandereta.
Y menos mal que tenemos también a la SUPERMINISTRA DE VIVIENDAAAAA. Con sus soluciones habitacionales y su kelifinder, portal de miles de visitas diarias (juasjuas)
Y terminamos por ZP. El mejor presidente de la historia de Europa, más guay que Winston Churchill, más guapo, más listo... mmmmmm No me extraña que Kickg se haya enamorado de él :P
Desde aquí envío un besito a Peperufo, el forista más listo de esta parte de la galaxia, azote de los fachas, persona de gran inteligencia (como está demostrando con su nick) JUASJUAS
Hasta prontooooooooo.
By Anónimo, at 2:00 p. m.
SANDECES.
HOLA,VENGO A CRITICAR LA POLÍTICA DEL PSOE,ESTÁ INTENTANDO CALLAR A LA DERECHA,Y TODOS LOS QUE ESTÁN EN SU CONTRA,PUES BIEN,EN ESPAÑA (NO SÉ SI SE LE PUEDE LLAMAR ASÍ TODAVÍA) HAY DEMOCRACIA,ASÍ QUE NO LOLOGRARÁN,Y POR MUCHO QUE INSISTÁIS,SI ZPLO HACE MAL,INEVITABLEMENTE,PERDERÁ LAS ELECCIONES DEL 2008.UN IRÓNICO SALUDO.
By Anónimo, at 3:50 p. m.
¡¡Pobre ZP!! cuando esta historia se corra entre sus afines.........
El 12 de octubre de 1934 las unidades militares enviadas por el Gobierno de la República se aprestaban a sofocar la huelga revolucionaria desatada en Asturias por el PSOE y la UGT. Una de las columnas militares, compuesta por moros, legionarios y otras fuerzas del Ejército, tenía entre sus mandos a un capitán de trayectoria africanista, de guarnición en León, que respondía al nombre de Juan Rodríguez Lozano. Era el abuelo paterno del actual secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Tanto perseguir al PP y el abuelo de Zapatero oficial del ejercito republicano,estuvo a las ordenes de Franco, y participó en el aplastamiento
de la revolución del 34 en Asturias, incitada por el Partido Comunista y el Partido Socialista Obrero Español.
ver la noticia completa en:
http://www.libertaddigital.com/opiniones/opi_desa_30031.html
By Anónimo, at 8:59 p. m.
¡¡Pobre ZP!!
ver la noticia completa en:
y ZP,,, no sabia que su abuelo disparo contra el PSOE y la UGT
By Anónimo, at 9:03 p. m.
Pobre ZP, que penita da.
Tanto talante... y al final se nos ha vuelto gilipollas.
¿O ya lo era cuando llegó a Madrid?
By Anónimo, at 9:12 p. m.
el gran ZP en su gran inteligencia y expresion del talante, abrió la caja de pandora, cuando inició la revisión de la historia de España, se nos quería quedar en la guerra Civil,,,pero ya que lo inició él, por que no revisar también las causas de esa Guerra Civil, y nos encontramos con la historia del abuelo de ZP... mejor hubiera cerrado el pico, y no hubira sembrado truenos pues ya se sabe quien siembra truenos recoje tempestades.
By Anónimo, at 12:02 a. m.
Tenemos la suerte de que la audiencia, excepto la de la Cope, no es tonta.
¡Tonto tú! :P
By Anónimo, at 2:39 p. m.
Me gustaria recordarle a todos estos que hablan y hablan de la guerra civil del franquismo y de mas menesteres que recordaran un poco la historia desde pablo iglesias hasta los dias de hoy se esta volviendo a repetir la historia preguntese sobre esas verdades ocultas del psoe desde sus inicios y estamos repitiendo lo mismo . LAS VERDADES OCULTAS DEL PSOE, desde su fundacion hasta los dias de hoy
By Anónimo, at 7:29 p. m.
La inteligencia de Zapatero puesta a prueba ---caso veridico---
Durante una inauguración institucional de un nuevo
> psiquiátrico en
> Salamanca, José Luis Rodríguez Zapatero le preguntó
> al Director qué
> criterio se usaba para definir si un paciente
> debería o no ser
> ingresado.
>
> "Bueno," dijo el Director, hacemos la prueba
> siguiente: -"llenamos una
> bañera, luego al paciente le ofrecemos una
> cucharita, una taza y un cubo
> y le pedimos que vacíe la bañera. En funciòn de como
> vacìe la bañera,
> sabemos si hay que internarlo o no"
>
> -Ah, entiendo- dijo Z.P. - Una persona normal usaría
> el cubo porque es
> más grande que la cucharita y la taza.
>
> -No- dijo el Director. -Una persona normal quitaría
> el tapón
By Anónimo, at 9:26 p. m.
Caso verídico:
El doctor le da un lápiz grueso y un papel al paciente que está tratando de su adicción a la COPE.
- ¡No, por Dios!, Espere, no es para sodomizarse y luego limpiarse.
Es para que escriba sobre algo que nos permita ayudarlo.
Pasa un rato y el doctor recoge el escrito del pobre demente. Lee el chiste de antes y pregunta al paciente:
- ¿Prefiere que le saque punta o tal y como está?
By Anónimo, at 12:24 a. m.
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